:: En el museo regional de Chiapas: Arqueología ::

Cuentan las viejas historias que por allá del año 1984, en el mes noveno, fue inaugurado este museo cuya construcción estuvo a cargo del arquitecto Juan Miramontes, ganador del premio de la Tercera Bienal Internacional de Arquitectura (1985) celebrada en Sofía, Bulgaria. Este museo (también nombrado como Museo Regional de Antropología e Historia) desempeña un importante papel en la vida cultural de Tuxtla Gutiérrez, ya que allí tienen lugar actividades organizadas tanto por el museo como por otras instituciones culturales o educativas: presentaciones de libros, conferencias, congresos, conciertos, obras de teatro y proyección de películas, entre otras actividades.









A raíz de no encontrar acceso a los miradores del Cañón de Sumidero (por reparaciones carreteras, mismas que ya para esta fecha debieron haber quedado resueltas) me dirigí al museo regional; y como pocas personas realmente le ubican por su nombre, pedí que me llevaran allá a donde está el Teatro de la ciudad, y así no hay pierde.







De las primeras divisiones del museo (ojo que son tres pero os hablaré de una por una aunque sea brevemente) la primera sala que visité fue la de arqueología. En esta sala se habla sobre la prehistoria en Chiapas durante el periodo preclásico: (2000-1000 a. C.), el clásico (300-900 d. C.) y el posclásico: tras la caída de las grandes ciudades mayas (900 d.C.). Básicamente trata sobre un viaje a los pueblos prehispánicos de Chiapas y contiene una de las más valiosas colecciones de piezas arqueológicas del país.







Imagina de repente te enteras que hace miles de años, en este suelo plagado de basura moderna y de smog, vivieron pobladores que dedicaban su vida a cazar o a recolectar de la naturaleza para poder vivir; y que con el pasar del tiempo evolucionaron sus técnicas de vida para poco a poco mejorar sus modos y sus alcances culturales, hasta bueno, desaparecer. Pero dentro de todo eso, dejando evidencias de la maravilla que eran como pueblo; y esto te hace pensar, que de toda esa cultura, apenas queda un rastro que si bien vale mucho, tiene que estar resguardado detrás de vidrios porque incluso en estos días carecemos del sentido de apreciación cultural hacia estos vestigios.







El museo, en cada uno de sus pasillos y vitrinas, muestra aspectos interesantes de aquellos que poblaron la zona que ahora se le conoce como estado de Chiapas. Si observas con detenimiento, te sorprenderá ver lo que hacían, sobre todo cuando te das cuenta con qué lo hacían, y entonces recaemos nuevamente en el sentido de asombro que ya hemos perdido con nuestra evolución… Te invito a recorrer virtualmente esta sala que ya palabras textuales para describirlo simplemente no encuentro.

Paciencia, que ya vienen las demás salas...

Con gusto, te comparto la galería: